Reflexiones en la ducha

        Las gotas del agua caen sigilosamente sobre mi cuerpo, resbalando, tímidas, una detrás de otra. El vapor no me deja ver más allá de los cristales de la ducha. Sólo se oye el sonido del agua caer lentamente y desvanecer por el desagüe .  Pongo música e intento relajarme, dejar mi mente en blanco y no pensar en nada. Cada vez se me hace más difícil huir de mis pensamientos y sentimientos. Me rindo. Inconscientemente vuelven a aparecer ante mi mente aquellos ojos azules a los que todavía añoro después de tanto tiempo. Esa sonrisa perfecta me hace perder el equilibrio y caer al suelo. Recuerdo todas esas mañanas que desperté a tu lado con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora lo único que me queda es el recuerdo y esas infinitas reflexiones que hago cada día en la ducha.