ojalá fuera así.

Ella, una chica normal, sin nada en especial, alegre y coqueta. Se ducha, se viste con el mejor vestido que encuentra, se pone los tacones más altos y el maquillaje más caro. Cuando sale a la calle está lloviendo,  pero no le importa. Lo siente; siente que esta va a ser la mejor noche de su vida. Las corazonadas no engañan. Cuando por fin llega a la fiesta intuye que le falta algo, pero no sabe lo que es; su corazón empieza a latirle fuertemente y se empieza a poner nerviosa.
El, un chico alto, deportista, físicamente atractivo y de buena clase social. Se viste con su americana nueva y sus pantalones de marca. No le gusta llamar la atención, pero aun así lo hace. Se pone un poco de la colonia que solo usa en ocasiones especiales y sale de casa. Es feliz pero hay algo que no termina de encajar; siente la necesidad de algo pero no sabe de qué.

Entonces, cuando el reloj marca las 00:00 se ven, sus miradas se cruzan por un instante. Un instante que marcará sus vidas para siempre. En ese momento ambos encuentran lo que estaban buscando. Sus preciosos ojos azules siguen clavados en la mirada de ella.

Sus corazones van a mil por hora y sus piernas empiezan a temblar. Unas horas más tarde el se le acerca preguntando: “¿quieres bailar?” . Aunque suene a la típica frase de siempre, ella acepta encantada. Pasan el tiempo bailando a un centímetro de distancia, sintiendo la respiración del otro, y deseando que no terminara nunca.

Ojalá todas las historias fueran así. Ojalá el amor existiera de esa forma. Ojalá todos pudieran sentirlo. OJALÁ.